martes, 3 de agosto de 2010

ÁLVAREZ DE CASTRO, EL HEROE DE GERONA.

El protagonista que hoy nos ocupa es importante no solo por acciones en la Guerra de la Independencia, sino porque fue de los pocos altos mandos militares que desde un principio se opuso a la presencia de los franceses en nuestras tierras. Nacido en Granada en 1749, ingreso muy pronto en el ejército. Participó como oficial en el sitio de Gibraltar de 1787 y ya como coronel en 1793 tomo parte en varias acciones de la Guerra del Rosellón. En 1801 intervino en la Guerra de las Naranjas, ocupando Elvas y Villaviciosa.

Alvarez de Castro

Es en 1808, antes de los hechos del famoso 2 de Mayo, cuando, como gobernador militar del castillo de Montjuich en Barcelona, da muestras de sus posturas anti francesas y se opone a entregarles su fortaleza cuando estos llegaron a la ciudad. Las presiones del Capitán General de Cataluña, le obligaron a su entrega, tras la cual, abandona la plaza para unirse al ejercito que se formó tras la revuelta de Madrid. En 1809 es nombrado gobernador militar de Gerona, donde escribirá las páginas más gloriosas de su carrera. Esta ciudad ya había soportado dos asedios antes de que llegara Álvarez de Castro, pero será a partir de Mayo de ese año cuando los franceses concentran más esfuerzos para tomar la ciudad y empiezan a tomar las localidades más cercanas a la capital gerundense. Álvarez de Castro empieza a almacenar provisiones y armas ante el más que previsible largo asedio al que se iba a ver sometida la ciudad. En Junio aparece ante las puertas de Gerona el general francés Saint Cyr con 18000 soldados, ante los 5600 con los que contaba Álvarez de Castro. Para dejar bien claras sus intenciones, el gobernador español publica un bando que dice “Será pasado por las armas el que profiera la voz de capitular o de rendirse”. A las propuestas de negociación del general francés responde “no queriendo tratos con los enemigos de su patria, recibiría a cañonazos a cuantos parlamentarios le enviasen”.
Monumento a la Resistencia de Gerona

Durante 7 meses los gerundenses resistirán como hicieron los maños en la misma guerra o como muchas otras veces lo había hecho el pueblo español a lo largo de su historia. Pese a todas las dificultades, Álvarez de Castro no dejo de construir defensas y animar a la defensa. Se negó a aceptar todas las ofertas de rendición y solo cuando cayó enfermo y tomo el mando su lugarteniente, Juan Bolívar, la ciudad se rindió un 10 de diciembre. La resistencia le había costado 10000 muertos.

Los vencedores, como demostraron muchas veces a lo largo de la guerra, no supieron tratar con honor a tan dignos rivales, en especial a Álvarez de Castro, al cual enfermo como estaba fue trasladado a Perpiñán primero y al castillo de Figueras después, donde murió el 22 de Enero de 1810. La causas real de la muerte se ha debatido por los historiadores entre que murió fruto de su enfermedad, o que fue envenenado por los franceses. La rabia de los franceses contra su persona no acabo aquí, pues años más tarde, cuando volvieron a entrar en nuestras tierras, esta vez como los Cien Mil Hijos de San Luis que repusieron al ignominioso Fernando VII en el trono, cuando pasaron por delante de una placa conmemorativa a Álvarez de Castro, la destruyeron. Por justicia, a finales del siglo XIX, la ciudad de Gerona construyó un monumento en honor de tan digno héroe y de su gesta.

En el Museo de Historia de Gerona, de recomendada visita, se pueden ver más cosas sobre este episodio y su protagonista.
Cuadro sobre las salvajes luchas en Gerona

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