viernes, 22 de julio de 2011

Annual, 90 años después.

En estas fechas se cumple el noventa aniversario del conocido como desastre de Annual, cuando entre 8000 y 11000 españoles (las fuentes difieren) perdieron la vida a manos de los rifeños comandados por Abd el-Krim. A estas bajas hay que sumar las de unos 3000 indígenas, que al contrario que la mayoría de sus “hermanos”, se mantuvieron fieles a España, pagando con su vida esta lealtad.
No vamos a analizar en profundidad los motivos del desastre, pues mucho se ha escrito ya sobre ellos. Una incursión demasiado profunda sin tener en cuenta las bases de suministros, la dudosa fidelidad de muchas cabilas y harkas, comprada a base de dinero y que se esfumó en cuanto se complicaron las cosas. Tampoco ayudó el excesivo número de posiciones y el aislamiento que sufrían entre ellas. Fueron varios los factores que contribuyeron al desastre, así como que el verano de 1921 fue el más caluroso del siglo. Pero, sin duda, los grandes culpables fueron los altos mandos militares y concretamente el jefe de operaciones, el General Silvestre.

El TCol.. Primo de Rivera y el escudo del
Regimiento de Caballería de Alcántara.
El día clave en que se inicia el desastre es el 22 de Julio, cuando tras cinco días de heroica resistencia cae la posición de Igueriben (ya habrá un artículo sobre estos hechos), que resguardaba por el sur el campamento de Annual, donde en ese momento habían 3000 soldados españoles y 2000 indígenas. Abd el-Krim lo asalto con 18000 hombres. En los últimos días había ganado muchos hombres gracias a sus victorias sobre otras posiciones menores, que habían hecho que muchos rifeños al servicio de los españoles se pasaran a sus filas, así como harkas que habían estado indecisas hasta ese momento.
Pese a que Silvestre tenía suministros para resistir cuatro días y que Berenguer, Alto Comisario de Marruecos, le había prometido refuerzos, decide abandonar Annual. La intención era replegarse de manera ordenada hacia las posiciones de Dar Drius y Ben Tieb, ambas con facilidad para el abastecimiento. Pero todo empieza a torcerse desde el principio. Las tropas españolas reciben disparos de múltiples posiciones y muchos oficiales no hacen honor a su posición y se dan a la fuga. La situación en Annual es una auténtica locura, con hombres huyendo a la desesperada. Pese a todo, algunas unidades mantienen el tipo, destacando los Regulares del Comandante Llamas, que al contrario de muchos indígenas, se mantienen fieles y cubren la retirada de sus compañeros de armas por el paso de Izumar, tras lo cual ellos mismo van retrocediendo de forma escalonada, demostrando que manteniendo la disciplina los resultados son mucho más fructíferos.

Uno de los magníficos cuadros del pinto Ferrer Dalmau que
refleja una de las cargas del Alcántara.
El que no salió nunca de Annual fue Silvestre, el cual según unos se suicidó y según otros fue acribillado por los rifeños. El segundo al mando, General Navarro, se encarga del desastroso repliegue hasta la posición de Monte Arruit. En el camino, que dura seis días de penosa marcha, entre Annual y el resto de las posiciones intermedias, han muerto ya más de 4000 soldados de España. En estas sufridas jornadas destacó la acción del Regimiento de Caballería de Alcántara Nº 14, al mando del Teniente Coronel Fernando Primo de Rivera. Con múltiples cargas protegen la retirada hasta Dar Drius. Tras decidir Navarro que será mejor seguir retrocediendo, vuelven a cubrir la retirada de las tropas españolas hacia Batel. Fueron tantas las cargas y tan violento el combate, que para cubrir el cruce del río Igan, la falta de caballos con vida hizo que los jinetes del Alcántara tuvieran que cargar a pie. Meses después, en el lecho de ese río, se siguieron encontrando restos de jinetes y caballos, mezclados en la refriega. El propio Primo de Rivera -que era hermano del futuro dictador y tío del fundador de Falange-, alentó a sus hombres, contrastando su actitud con la de otros oficiales. Como siguió haciendo después de forma ejemplar y activa en la defensa de Monte Arruit, hasta que la gangrena le arrancó la vida y le llevó a reunirse con los 471 hombres de su Regimiento (de un total de 691) que habían caído en la defensa de la retirada.

El 29 de Julio llega Navarro a Monte Arruit, una buena posición para la defensa -motivo por el cual, junto a la falta de esperanza de refuerzos, había preferido esta posición a Dar Drius-, pero difícil para el abastecimiento. Este se hacía mediante aviones que les lanzaban bloques de hielo, para hidratarse, municiones y otras provisiones, aunque muchas veces caían en zona enemiga en lugar que en el campamento. Las cosas se complican cuando van cayendo otras posiciones cercanas, siendo claves la rendición de Nador el 2 de Agosto, siendo su guarnición la única respetada por los rifeños; y la de Zeluán, que tras pactar la rendición el 3 de Agosto, lo hombres de Abd el-Krim, como era costumbre, no respetan el acuerdo y pasan a cuchillo a todos su hombres. Peor fue el final de sus oficiales, que fueron quemados vivos. Navarro podría haber seguido retrocediendo hasta Melilla, pero no quiso dejar allí abandonados a sus heridos, cosa que le honra. Visto lo complicado de la situación, su superior en Melilla, Berenguer, le autoriza a pactar la rendición. Se acuerda con los rifeños entregarles todo el armamento a cambio de que se les permita a los españoles retroceder hasta Melilla. Los rifeños aceptan y los soldados españoles salen de su posición y abandonan todos sus fusiles. Pero una vez más, el despiadado enemigo no cumple su palabra y cuando los españoles se preparaban para partir se arrojan encima de ellos y provocan una salvaje masacre. De los casi 3000 hombres de la posición, solo sobrevivieron 60. Cuando las tropas españolas recuperaron la posición tiempo después encontraron los cadáveres insepultos y vejados muchos de ellos. Había hombres empalados, otros castrados y con sus partes en la boca, muchos tenían excrementos entre sus huesos. Se llegaron a contar 2668 restos de cuerpos en la zona. Una barbarie en las que los españoles no se quedaron atrás cuando cumplieron su venganza contra los pueblos rifeños de la zona.

Cuando se investigó la causa de este desastre, el famoso General Picasso escribió en su expediente que habían muerto 10973 españoles y 2390 soldados indígenas, aunque posteriormente otros autores han reducido la cifra. Además se perdieron más de 20000 fusiles, 400 ametralladoras, 129 cañones y gran cantidad de munición y otro material militar.

Con la dictadura de Primo de Rivera y el desembarco de Alhucemas se acabó por vencer en esta guerra cruel y recuperar el terreno perdido, pero lo que nunca se recuperó fue la vida de tantos jóvenes soldados, forzosos la mayoría de ellos, que se encontraron en una tierra hostil sin saber por qué y que nunca más volvieron a ver sus lugares de origen. Hoy, como con casi todo, la gran masa nada sabe de estos hechos. Valga para acabar la recomendación de un gran artículo de Pérez-Reverte sobre estos tristes acontecimientos.
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/610/una-tragedia-espanola/


                                           Video con imágenes de la matanza de Monte Arruit








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