Iniciamos una nueva categoría dentro de este blog,
destinado a dar cabida a personajes menos conocidos, pero con actuaciones
destacadas en alguna o varias batallas. Serán breves reseñas, que tienen el
objetivo, de al margen de homenajear a los protagonistas, darle al blog un
mayor dinamismo, sin tener que esperar largos meses a artículos de mayor
longitud.
Centurión de época imperial |
Nuestro primer personaje será un centurión de la época tardorrepublicana.
No será el último de esta graduación, pues fueron estos hombres, columna
vertebral de las legiones, quienes en muchas ocasiones decidieron batallas
gracias a su comportamiento.
El Centurión Esceva es conocido por su papel en la
Batalla de Dirraquio, uno de los episodios de los enfrentamientos entre Pompeyo
y Julio Cesar. Lo poco que sabemos del Centurión Esceva es gracias a los Comentarios sobre la Guerra Civil de
Julio Cesar, bajo cuyo mando servía, y a otra mención que hace Plutarco en su episodio
de Cesar en sus Vidas paralelas.
Lucano en Farsalia es quien cuenta su
historia con gran dramatismo.
Dice Cesar que Esceva era el octavo de su grado, por lo
que debía mandar la segunda centuria de la segunda cohorte de una legión. Al
parecer esta cohorte, protegía un fuerte bajo la dirección del legado Lucio
Minucio Basilo. No vamos a narrar la Batalla de Dirraquio, pero fue una batalla
de trincheras y de intento de tomas de fuertes de uno y otro bando. En un
momento de esta batalla, Pompeyo envía gran número de hombres contra uno de
esos fuertes. Lo que parecía que iba a ser una caída inminente, se convierte en
una carnicería, donde los pompeyanos se llevaran la peor parte y se irán
derrotados.
Viajemos hasta el momento cumbre. Los pompeyanos han
acabado con los defensores de las torres del fuerte y se disponen a tomarlas al
asalto, en esto que aparece el Centurión Esceva y arroja sobre ellos los cadáveres
de sus compañeros caídos. Cualquier objeto le sirve a Esceva de proyectil, y
los enemigos que consiguen trepar hasta lo alto del vallado son recibidos por
su espada y sus golpes. Se convierte en el blanco de la ira de sus enemigos y
no deja de recibir impactos de flecha y lanzas. Esceva no se cansa de matar y
un éxtasis de muerte le posee. Su espada ya está mellada de tanto matar y
atravesar las protecciones de sus enemigos.
Recibe un flechazo en el ojo izquierdo y Esceva, lejos de amilanarse, se
arranca al proyectil y lo lanza a sus pies, pisándolo y reventando su propio
ojo ocular, que en él se encontraba enganchado. Su rostro sangriento le hace
parecer una criatura salida del mismísimo infierno, pero al fin parece
rendirse. Es todo una estratagema, en cuanto dos hombres se acercan a
apresarle, a uno le destroza del arma con su espada sin filo, mientras que
rasga la cara del otro. En ese momento, sus hombres, enardecidos por sus valor,
lo arrancan de las manos enemigas.
De manera inexplicable, una sola cohorte ha rechazado el
asalto. Se cuentan más de 30000 proyectiles lanzados contra el fuerte y el escudo
de Esceva es enviado a Cesar, que cuenta en el 230 agujeros, 130 según Plutarco.
Esceva, además de la herida del ojo, tiene una lanzado en el hombro y otro en
la pierna. Otro tres centuriones (de seis que tiene la cohorte) han quedado ciegos
y no hay soldado que no haya sido herido.
Por esta acción Cesar recompensó a la cohorte con paga
doble, condecoraciones, más raciones de alimentos nuevas vestimentas. Esceva, en una orden
especial, fue ascendido de golpe a primo pilo de la legión. Hay que destacar
esto, pues el primo pilo era el centurión de más categoría de los 60 que tenía
la legión, y lo normal era avanzar en el escalafón de puesto en puesto, sin
saltos del calibre que dio Esceva, un hombre de los que tan grande hicieron a
Cesar, y que este no olvido en sus memorias.
Bibliografía: -Los clásicos citados.
-DESPERTA FERRO Antigua y Medieval nº 19. En la portada
de este número se puede ver una excelente ilustración de Esceva.