El Doctor Rovira en su época militar |
Conocidos son por todos, los problemas que las partidas
de guerrilleros españoles ocasionaron al ejército francés durante la Guerra de
la Independencia. Sus embocadas y golpes de mano, hicieron del combate no convencional,
una gran arma contra los intereses franceses. Pero, no solo fueron este tipo de
fuerzas irregulares las protagonistas de estas acciones; en este artículo vamos
a ver, como un ejército convencional fue capaz de sorprender al ejército
imperial y en un hábil golpe de mano arrebatarle el control de una de las mayores
fortalezas de Europa, el castillo de San Fernando, en la localidad ampurdanesa
de Figueras.
Muchos fueron los héroes militares que dio esta guerra, en
la que antes de la cual nunca habían tomado las armas. Hombres de distinta
procedencia y condición, que sin pasar por ninguna academia militar, se
rebelaron como hábiles estrategas y conductores de hombres en el combate. Uno
de estos hombres fue el clérigo Francisco Rovira Sala, el Doctor Rovira, que
abandonó por un tiempo el altar para escarnio de los franceses, llegando por
meritos de guerra a ostentar el grado de Brigadier.
El Abad Rovira se había educado en un ambiente de odio
hacia las innovaciones que llegaban de la revolucionaria Francia. Pese a lo que
apuntaron en el pasado algunos autores, no parece que Rovira participara en la
Guerra de la Convención contra la novel república francesa a fines del siglo
XVIII. Sería poco después de los hechos del Bruch, cuando indignado de las tropelías
de los franceses, se sumó en Bañolas al alzamiento de la vecina Figueras el 13
de junio de 1808. Mandó que tocaran las campanas del pueblo de famoso lago,
para una vez reunido los vecinos lanzar una inflamable proclama contra el
invasor del otro lado de los Pirineos.
El contexto de Cataluña en los primeros días de la guerra
es el de una región, cuya capital, Barcelona, y sus principales fortalezas, han
sido rápidamente ocupadas por el ejército de Napoleón. Las otras tres capitales
resisten en un principio (famosa es la ya aquí tratada resistencia de Álvarez
de Castro en Gerona). Tarragona acabará quedando como la capital de los patriotas
catalanes y en la zona que nos ocupa se formarán dos Juntas corregimentales en
Gerona y Figueras.
Pocos días después del alzamiento, el 18 de junio se
intenta un primer asalto y toma del castillo de San Fernando, clave en el
abastecimiento logístico del ejército francés en Cataluña, por controlar este
el camino real, a través del cual se suministraba a sus fuerzas de todos lo
necesario proveniente de Perpiñán. El plan era que aprovechando que los mandos
franceses se encontraban en el ayuntamiento con motivo de un baile, capturarlos
y una vez descabezadas las tropas, tomar la fortaleza. El capitán retirado Juan
Clarós, con el mando del corregimiento de Figueras, dirige la acción que acaba
en desastre. Pese a todo logra bloquear la fortaleza. Esta acción fue cubierta
por el Doctor Rovira, que en su primera acción militar, corta con sus hombres
el camino real, impidiendo que el castillo fuese auxiliado.
Tras este fracaso se reorganiza la resistencia y se crea
la Junta Superior de Cataluña.
Se regulariza la situación de Rovira, que se incorpora
como capitán a los migueletes, encuadrando su compañía de Bañolas en el Segundo
Tercio de Gerona. Estos Tercios equivalían a un Batallón de 10 compañías, unos
1000 hombres. Poco duró su primera aventura militar, pues en Agosto, una orden
superior del marqués de Palacio, licencia a todos los religiosos del Ejército
de Cataluña. No se rinde el abad y en Noviembre es reincorporado a filas, esta
vez como coronel de infantería, recibiendo el mando de la unidad conocida como
Cuerpo de Expatriados. Tanto esta unidad, como el Batallón de Almogávares de
Narcís Gay, se crearon para paliar el flojo reclutamiento de los migueletes.
Rovira se provee de hombres que tras el sitio de Rosas va llegando a Bañolas,
de ahí el nombre de expatriados.
Pasa solo un mes, y se le da también el mando de una
División de Somatenes. Un somatén equivalía a la mitad de un Tercio, 500
hombres. Los somatenes servían como fuerzas reservistas. Combinando ambas
fuerzas, Rovira no dejó de machacar las líneas de comunicación del ejército
francés, especialmente interceptando los convoyes que aprovisionaban el asedio
francés a Gerona. Destaca la captura de uno en Mendinyà que llevaba 36 carros
de galletas y otros efectos.
Otra acción destacada es cuando el 27 de Diciembre de
1808 expulsó a los franceses de Pont de Molins y de Capmany, empujándolos a
Junquera. Pero no todo fueron alegrías; el 24 de Febrero del año siguiente,
fracasa en una emboscada entre Esponellà y Orfans, donde además es capturado,
consiguiendo huir tras sobornar a unos de sus captores.
Centrándonos en la famosa Rovirada, es curioso que el término
se originara como algo despectivo. El General O´Donnell, que nunca estuvo a
favor de la acción, se refería a ella con este apelativo para menospreciarla.
Rovira sabía que si caía San Fernando, la Armée de Catalogne solo podría ser
abastecida por mar, de manera que si se permitía a los ingleses tomar las Islas
Medas y que desembarcaran fuerzas contra la más que probable fuerza de asedio
que los franceses mancarían a retomar el castillo; su ejército quedaría aislado
de todo apoyo logístico. Como veremos, O´Donnell no dio ninguna facilidad a
Rovira y responsabilidad suya fue que la Rovirada no fuese explotada como
merecía.
Durante todo 1810 Rovira fue planeando la acción. Una
enfermedad, la llegada de refuerzos y
problemas meteorológicos frenaron varios intentos anteriores. No dejó de pedir
más hombres para llevar a cabo sus planes, pero solo se le cedieron los
Expatriados encuadrados en la Segunda Sección de la Primera Legión Catalana.
La Legión Catalana era una unidad interamas con tres
Secciones (equivalentes a Regimientos) de infantería, dos de ellas de línea y
una ligera. A estas fuerzas se sumaban una compañía de gastadores y una unidad
de artillería.
La Segunda Sección de la Primera Legión Catalana contará
con tres Batallones, los Expatriados y el Batallón de Almogávares de Gay que se
le une el 12 de Marzo. Por tanto, las cifras de las fuerzas que llevaron a cabo
la Rovirada oscilan entre 969 hombres según unos autores, 1038 según otros y
otros que afirman que la Segunda Sección solo tenía 462 hombres por 92 del
Batallón de Almogávares.
Fuera cual fuese el número, el gran éxito de la acción
fue gracias a la inteligencia. Rovira contaba con cinco topos dentro de la
fortaleza. Los franceses externalizaban gran parte de su logística y gran parte
de ella la formaban gentes de la tierra. Así, el acceso a los almacenes de
suministros, lugar por el que entraron los asaltantes, era más que conocido por
Rovira. Joan Marqués había hecho una copia en cera de la llave de acceso a dichos
almacenes. Genís y Pere Pou informaron a Rovira hasta última hora de la
situación de los puestos de seguridad dentro del castillo. Juan Floreta y Juan
Buenaventura fueron los otros dos informadores. Incluso el capitán Casa pudo
entrar disfrazado días antes en la fortaleza y dar informes fiables.
Cuando todo estaba a punto se iniciaron los movimientos
aprovechando la Semana Santa, una época que se presumía tranquila por los
franceses, que sabían de la religiosidad de los españoles. Rovira realiza unas
maniobras de diversión para disminuir las tropas francesas en el castillo. Lo
consigue simulando un intento de invasión de la frontera francesa en Saint
Laurent de Cerdans. A esto suma otro falso intento de tomar Olot atacando la
vanguardia francesa a finales de Marzo, siendo relevado cuando consigue su
propósito. Estas maniobras, junto al asedio de Castellfollit, dejan en la
fortaleza una fuerza de menos de 1000 hombres.
Imagen aérea de la explendida fortaleza de San Fernando |
Rovira acerca por el día sus fuerzas aprovechando los
frondosos bosques, hasta detenerse a 2 horas del castillo. Al anochecer se
aproximan a tan solo una hora de su objetivo, tomando como base de partida la
casa del capitán Bonal, donde toman una frugal cena y se informa a las tropas
de la acción. Rovira divide sus fuerzas en 4 piquetes y una fuerza de cobertura
mandada por el mismo. Inician movimiento a las 00:30, tomando la fortaleza solo
2 horas después, pese al mal tiempo que les acompañó.
Era una noche de luna llena, pero avanzaron por el Sur aprovechando
los altozanos, hasta el glacis defensivo. De allí hasta la poterna del almacén
de víveres fueron por la contravanguardia del torreón de San Juan. El mal
tiempo y el fuerte viento de tramontana les ayudó en la acción, pues los
centinelas franceses están a cubierto en las garitas. Accedieron a los fosos
por la escala de mampostería de la contraescarpa, frente a la cara izquierda de
la contraguardia de San Juan, muy cerca de la poterna. Allí se dio muerte a los
primeros centinelas. Solo hizo falta acabar con la vida de 25 soldados enemigos
para tomar la fortaleza por sorpresa. Como contraseña para identificarse
durante la acción se escogió la palabra catalana SETZE, dieciséis, debida a su difícil
pronunciación por la gente de habla no catalana. Cada piquete se hizo cargo de
un objetivo:
-El capitán Casas con 80 hombres fueron los primeros en
tomar la poterna y acabar con los centinelas de guardia de la puerta principal
sobre ella.
-El capitán Dresayre, con 208 hombres se encargó de tomar
las casamatas encima de las caballerizas donde se alojaban las tropas de
infantería del 1ª Reggimento di Fanteria
di Napoli.
-El capitán Bonal, con otros 208 hombres, ocupó los
cuarteles donde se alojaba la tropa artillera del 5é Bataillon du Train.
-Por último, el teniente coronel Llobera, jefe de la
fuerza de asalto, aseguró el Estado Mayor y capturó al gobernador de la plaza,
el general Guillot.
Guillot culpó del éxito de la acción a sus tropas
napolitanas, que afirma que se rindieron al grito de “Viva España, somos todos hermanos”.
Pese a la rapidez y el éxito, hubo momentos de preocupación, ya que debido a la
lluvia se inutilizaron muchos cartuchos,
pero el propio Rovira afirma que sus hombres supieron tirar de bayoneta
y sable.
Por esta acción Rovira fue ascendido a Brigadier y fue el
primer militar propuesto a la novel Cruz Laureada de San Fernando, la cual
rechazó formalmente, pues prefirió ser nombrado Maestre de la Escuela de Vic,
ya que él nunca quiso hacer carrera militar, sino seguir con la suya en la
iglesia una vez terminada la guerra. El resto de hombres también fueron
recompensados en mayor o menor medida por su heroicidad.
No se detuvo Rovira, pues sabía que de poco serviría su
acción sino se completaba con el control de la costa y con el apoyo inglés.
Viajo a Valencia para convencer a O´Donnell, pero este siguió negándose pese al
éxito de su vilipendiada Rovirada. En Cádiz se encontraban 2000 ingleses
esperando para desembarcar. O´Donnell solo consintió que apoyaran a los
asediados en Tarragona. Como se temía Rovira, pronto los franceses enviaron fuerzas
para retomar San Fernando. Sin nadie que les importunara por la espalda como
quería Rovira y aprovisionados por mar, el éxito de la Rovirada se iba
diluyendo.
El 28 de junio caía Tarragona y tras cuatro meses de
brava resistencia, San Fernando capitulaba ante los franceses. Para más inri,
solo diez días después, las Islas Medas eran ocupadas por las fuerzas de
Millans del Bosch, cortando así el cabotaje entre Marsella y Barcelona,
acabando con el aprovisionamiento de los franceses por mar, justo cuando habían
vuelto abrir la vía logística terrestre. Una vez más, la ceguera del alto
mando, esta vez O´Donnell, impidió haber dejado a los franceses sin ningún
apoyo en una zona tan complicada como Cataluña.
Hoy en día, dos siglos después la Rovirada apenas es conocida
por los entendidos y los habitantes de Figueras, que la recrean históricamente
cada año.
Es muy recomendable la visita a esta magnífica fortaleza,
donde en sus caballerizas se encuentran unos muros conmemorativos con los nombres
de muchos de estos héroes, justo enfrente donde otro héroe patriota, el
defensor de Gerona, Álvarez de Castro, murió en cautiverio.
Valgan como homenaje las palabras del gobernador de la
fortaleza esos cuatro meses, el Mariscal Juan Antonio Martínez, marqués de
Campoverde:
“Gloria al Dios de
los ejércitos, y honor a los valientes catalanes”
http://larovirada1811.blogspot.com.es/
Blog sobre la Rovirada y su reconstrucción histórica.
Bibliografía: La
Rovirada-1811. Pablo de la Fuente de Pablo y Jordi Bohigas Maynegre.
Colección de Cuadernos del Castillo de San Fernando editada por el Ministerio
de Defensa en 2011 para conmemorar el segundo centenario.