Tal día como hoy de hace 521 años culminaba uno de los
episodios más importantes de la historia de nuestra nación, la Reconquista.
Casi 8 siglos de luchas por unificar España bajo una misma fe y gobierno, como
con los reyes visigodos. En más de un artículo hemos afirmado que si no se
terminó antes fue por las rentas que el rico reino nazarí de de Granada pagaba
a la corona castellana. A esto se sumaba las luchas intestinas entre los reinos
cristianos, las propias civiles que estos tenían en su interior, y –también es
justo decir- que el reino nazarí estaba bien organizado militarmente y la
orografía del terreno completaba sus buenas fortificaciones.
Fue una vez conseguida la unión dinástica de los dos
reinos más importantes, Castilla y Aragón, unida a la voluntad de sus dos
monarcas, Isabel y Fernando, que se decidió emprender la conquista del último
bastión musulmán.
El momento era propicio, Granada estaba aislada del mundo
africano desde la caída de los benimerines y el papado apoyaba a los reyes
españoles en su idea de lograr por fin una España totalmente cristiana. Pese a
todo, no fue una guerra fácil, once años tardaron los Reyes Católicos en tomar
el reino nazarí. Desde 1481, en que una asfixiada tributariamente Granada desencadenó la guerra al tomar Zahara.
La guerra de Granada es muy importante desde el punto de
vista militar porque en ella se empieza a vislumbrar el cambio de la guerra
medieval a la moderna. Pese a que los nobles con su caballería pesada siguen
siendo importantes políticamente, en el plano marcial pierden peso ante la
caballería ligera que imita las maneras musulmanas, los peones de la infantería
y los ingenieros que allanan el camino a una incipiente artillería que bate los
poderosos y estratégicos enclaves nazaríes.
Poco a poco, y pese a algunos contratiempos, la ofensiva
cristiana consigue sus objetivos. Caen ciudades como Ronda, Marbella, Málaga,
etc. A mediados de 1490 solo la propia ciudad de Granada queda como núcleo importante
para los nazaríes. Junto a las acciones militares, los cristianos han sabido
sembrar la discordia entre los gobernantes nazaríes, que se enredan en luchas
internas entre Muley Hacen y se hermano Al-Zagal contra el famoso Boabdil el
Chico.
El cerco se va cerrando sobre la capital granadina y el
rey Fernando, -que siempre dirigió la campaña, estando muchas veces en primera
línea, llegando incluso a combatir cuerpo a cuerpo- consigue concentrar todas
sus tropas cerca de la ciudad, estableciendo un campamento en Ojos de Huéscar.
Mientras el marqués de Villena se dedica a arrasar las Alpujarras, dejando a la
ciudad sin su principal fuente de suministros. Los cristianos se sitúan sobre
el río Genil y se bloquea Granada por todos los flancos. Solo quedaba esperar
que la ciudad se rindiera por hambre, pues estaba totalmente bloqueada. Los
granadinos intentaron romper el cerco con múltiples incursiones, pero estas
eran siempre rechazadas por los cristianos. Llegaron a provocarles abriendo las
puertas de la ciudad y retándolos a duelos personales, pero el rey Fernando
decidió evitar bajas inútiles y que el hambre hiciera su trabajo.
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Cuadro de Francisco Pradilla. Rendición de Boabdil ante los Reyes Católicos |
Un episodio importante fue cuando Hernán Pérez del
Pulgar, junto a otros 15 valientes, se coló en la ciudad en una cabalgada y
clavo en la puerta de la mezquita un retrato de la Virgen, sin que los
musulmanes pudieran prenderles. Poco después, un señor nazarí, Tarif, llegó
hasta el campamento cristiano con el retrato atado a la cola de su caballo y
retando a Pulgar. Por esta vez, el rey Fernando permitió el duelo ante tamaño
insulto y el bueno de Pulgar acabo con la vida de su oponente.
La última incursión musulmana se produjo para tratar de
aprovechar un gran incendio que hubo en el campamente cristianos, pero el rey Fernando,
que predijo la acción, ya tenía sus tropas preparadas para rechazar el ataque,
causando así graves pérdidas a los ya muy débiles nazaríes. Tras esto, de levanto
el famoso campamente de Santa Fe, donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal
Colón.
La población de Granada estaba desesperada y Boabdil que sabía
que tarde o temprano los cristianos entrarían en la ciudad, quiso salvar la
vida de sus súbditos y desde noviembre estuvo pactando una rendición honrosa.
Se negoció en secreto para evitar la rebelión de los islamistas más radicales,
pero de forma oficial, el 2 de enero de 1492, Granada se rindió. Poco antes,
tropas cristianas habían penetrado en la ciudad para proteger la vida de
Boabdil. Será el 6 de enero, cuando los Reyes Católicos entren en la ciudad y reciban la rendición
formal de Boabdil, aquel que al marchar al exilio africano lloró como mujer lo
que le acusaron de no defender como un hombre.
Por fin, la cruz sustituía a la media luna en la Alhambra
y los pendones de Santiago y las otras órdenes militares y el estandarte real,
ondeaban orgullosos allí donde se dice que la puesta de sol es la más bella del
mundo. España había expulsado a su enemigo ancestral, la Reconquista había
terminado.
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Mapa de operaciones de la Guerra de Granada |