Tras el abandono a la desesperada de Annual y la retirada desorganizada que tantas muertes provocó, mientras el mayor grueso de tropas se concentraba en Monte Arruit, algunos soldados, librándose de la masacre general, conseguían llegar a Melilla. Con ellos venían también las primeras noticias de lo que había sucedido y empezaba a cundir el pánico entre la población civil. En esos momentos Melilla estaba mal guarnecida y en ella solo se encontraban la Compañía de Mar y una unidad de Carabineros. La situación es desesperada, pues tras Monte Arruit, nada impide a los rifeños caer sobre la indefensa ciudad española.
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Millán-Astray y González-Tablas, jefes de la Legión
y Regulares en las operaciones de rescate de Melilla. |
Afortunadamente, el mismo día 22 de Julio, fecha de inicio del desastre, llegan a la zona occidental del protectorado las primeras noticias de los que está pasando en el Rif. En Tazarut se encuentran la I y la III Banderas de la Legión. En estos momentos es una unidad novel, aún no ha cumplido su primer año de existencia, y solo se ha podido batir en pequeñas escaramuzas. Los legionarios están deseando entrar en acción y su fundador, Millán-Astray, no ve el momento de demostrar que esa unidad que creo –a la que no faltaron detractores en su inicio, entre ellos el mismo General Silvestre-, está preparada para afrontar la misión para la que fue creada, ocupar la primera línea de fuego y morir por España. Se le ordena que una Bandera debe de salir inmediatamente para el Fondak de Ain Yeyida. Se lo sortean y sale que es la I Bandera del Comandante Franco la que debe partir. Al llegar allí se les informa del desastre y se les anuncia que han de partir raudos hacia Tetuán, donde cogerán un tren que los llevará a Ceuta y de allí en barco a Melilla. Los legionarios han llegado exhaustos y Franco pide un mínimo descanso. Así tras solo cuatro horas de sueño, parten a las 3 de la mañana a marchas forzadas. Tras casi ocho horas de marcha llegan a su destino, donde ya les espera la II Bandera, que estaba de operaciones en Beni Arós y era mandada por el Comandante Fontanes. La I Bandera había recorrido más de 100 kilómetros, teniendo tan solo las mencionadas cuatro horas de descanso, en menos de 17 horas. Llevaban todo el equipo y mueren dos legionarios reventados por el cansancio, cumpliendo así con el Espíritu de Marcha. Llegados a Ceuta se les equipa con el mejor material disponible, al igual que a los Regulares. Primero partirán los legionarios en el
Ciudad de Cádiz y luego los Regulares, junto a las tropas de artillería, ingenieros e intendencia. Los legionarios van por primera vez en vanguardia, debido también a que tras las numerosas deserciones de tropas indígenas en el Rif, se teme por la reacción del pueblo de Melilla a la llegada de los Regulares. Ya en el barco llegan un par de telegramas pidiendo que aceleren la marcha. El barco da todo lo que puede y a navega a un ritmo que a punto están de estallar las calderas. El 24 de Julio a la una del mediodía llega el barco a Melilla. Los melillenses están en un gran estado de nerviosismo. El propio Millán-Astray cuenta en su libro La Legión de 1922, que se había llegado a apuñalar a un oficial de la Compañía de Mar. Cuando aún no habían arribado se les acercó una embarcación con el Comandante Sánchez Delgado, ayudante del Alto Comisario. Este le dice que ha hablado con el General Sanjurjo, que conoce bien las dotes oratorias del fundador de la Legión, y le pide que hable con el pueblo de Melilla. Así cuando el
Ciudad de Cádiz está a la vista del puerto de Melilla, los legionarios empiezan a cantar al ritmo de la música con su potente voz marcial. Millán-Astray pide permiso al General para hablar al pueblo de Melilla y les dice:
“Melillenses, os saludamos. Es la Legión, que viene a salvaros; nada temáis; nuestras vidas os lo garantizan. Manda la expedición el más bravo y heroico General del Ejército español: El General Sanjurjo. Vienen detrás de nosotros los Regulares de Ceuta, con el Laureado Teniente Coronel González-Tablas y Artillería de montaña, ingenieros y fuerzas de Intendencia. ¡¡Melillenses!!: Los legionarios y todos, venimos dispuestos a morir por vosotros. Ya no hay peligro. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva Melilla!"
Desembarcan los legionarios con Millán-Astray al frente montado a caballo. Tras unos movimientos de orden cerrado, desfilan con toda su marcialidad retornando la confianza al pueblo de Melilla. El Comandante Franco, en su Diario de una Bandera, recoge los testimonios de la población:
“Estos son soldados, que negros y que peludos vienen. Mirad a los oficiales, que descuidados, con sus trajes descoloridos. Huelen a guerra. Estos nos vengarán”.
Es la gran diferencia entre la Legión y las tropas peninsulares. Mientras que estas última estaban formadas en gran parte por tropas de reemplazo, con chavales muy jóvenes, que se habían visto en medio de una guerra feroz, casi sin saber porque estaban allí; por el contrario, en la Legión servían hombres más maduros, voluntarios todos ellos. Además los legionarios eran hombres que sabían que habían ido al Tercio a morir, olvidando su vida anterior, a la que ya nada les ataba. Para eso creo esta unidad Millán-Astray, para ahorra sangre española joven e inocente. Por eso se llamó Tercio de Extranjeros, aunque al final, en la recluta, fueron mayoría los hombres de la madre Patria. Recalcar, que en este momento, por fin la Legión iba a poder demostrar que era capaz de estar en primera línea y cumplir con creces en esta misión, de ahí el entusiasmo con que estos legionarios, novios de la muerte, llegaron al rescate de Melilla. Tras instalarse en campamentos fuera de la ciudad, el día 26 de Julio se inician las operaciones. Todavía existía la esperanza de poder salvar Monte Arruit y el resto de posiciones que aún resistían. El General Sanjurjo lleva las dos Banderas en su columna, junto a los Regulares. Se ocupan las primeras posiciones, entre ellas Sidi Hamed, desde donde se ve Nador, en sus últimos coletazos de resistencia. La Legión quiere ir a su socorro, pero Sanjurjo teme otra maniobra desorganizada como la que llevó al desastre de Annual y no permite el avance sino es escalonado. Pasan los días, cae Monte Arruit, pero el avance de las tropas españolas es continuo y firme. La Legión está cumpliendo con lo esperado por su fundador. En el combate de Casabona, la I Bandera pierde la tercera parte de los hombres que había llevado a ocupar la posición, 96 bajas.
Cabo Suceso Terrero.
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Monumento al Cabo Suceso Terrero en Hormilla. |
Son muchos los hombres valientes que van cayendo estos días, pero la primera acción que entra en los anales de la historia por la puerta grande es la conocida como la del Blocao el Malo. Era un blocao, cerca de Nador, donde se recibían continuos ataques, de ahí que se le bautizara como el Malo, siendo Dar Hamed su verdadero nombre. Como se espera dar el golpe final sobre Nador, se releva a los legionarios de la posición por hombres del Batallón Disciplinario el 14 de Septiembre. Pues bien, al día siguiente del relevo, recibe la posición un gran ataque. El Teniente legionario Águila pide permiso para ir en su ayuda, pero se le niega porque son necesarias todas las fuerzas en las operaciones actuales. Aún así, consigue que puedan ir 15 hombres a intentar el rescate. Irán al mando de un Cabo, el famoso Suceso Terrero López. Todos saben que la muerte es prácticamente segura, pero aún así hay discusiones porque todos quieren ir. Seleccionados los hombres estos dan sus últimas voluntades. El legionario Lorenzo Camps da su prima de Enganche al Teniente para que la entregue a la Cruz Roja. Los 15 valientes consiguen romper el cerco y entrar en la posición, pero los ataques de los rifeños son brutales e incluso asientan un cañón de artillería a solo 50 metros. Cuando al día siguiente se acude a la posición, encuentran a todos los hombres muertos, han cumplido con el Espíritu de la Muerte. El Cabo Suceso Terrero quedará por siempre en la memoria de la Legión y hoy día es recordado todos los años en su localidad natal de Hormilla, La Rioja, donde cuenta con un monumento.
El día 17 de ese mes es herido de un disparo en el pecho Millán-Astray mientras dirigía las operaciones. Ante la gravedad se le evacua a Melilla y toma el mando el Comandante Franco. El avance continua, se va reocupando posiciones, donde el espectáculo que se encuentra es dantesco, lleno de cadáveres mutilados y vejados, como cuando el 24 de Octubre llegan a Monte Arruit y topan con la masacre y escarnio allí realizados.
El Macizo de Aixam. La primera operación especial de la Legión.
El Macizo de Aixam está en una de las laderas del célebre monte Gurugú, y allí habían excavadas unas minas. Los rifeños habían sabido organizarse fuertemente, aprovechando además las antiguas trincheras españolas. Su conquista iba a significar un gran derramamiento de sangre y costaría la vida de muchos hombres. Pero al jefe del Tercio en ese momento, el Comandante Franco, se le ocurrió otra estrategia. Será un ataque nocturno, un auténtico golpe de mano sin que los rifeños se percaten de que sucede. A las 4 de la madrugada del 18 de Octubre se inicia la acción. Es un ataque masivo de las dos Banderas, pero que llevan en vanguardia al Capitán de la Policía Indígena Jiménez Ontaneda, junto a otros policías y el capataz de la Compañía de las Minas del Rife, todos ellos perfectos conocedores de las estructura de las minas y que actuarán pues como guías. Las fuerzas se van dislocando en Compañías, teniendo cada una como objetivo una posición. Al alba se lanza el ataque, los rifeños son sorprendidos en casi todas las posiciones y su caballería no puede apoyarles pues también se ha visto rodeada. Se consigue conquistar todas las posiciones con el saldo de tan solo 9 bajas en toda la jornada, un auténtico éxito.
El historiador Federico Villalobos en su obra El sueño colonial, recoge estas operaciones especiales y habla de que se creó un grupo especializado en esta guerra no convencional, los
Hijos de la Noche, auténticos precursores de la BOEL. Cuenta, que en una ocasión, enterados de que se iba a realizar una reunión en una pequeña población rifeña con los jefes de las principales harkas enemigas, este grupo consiguió hacer una infiltración, hasta que llegaron al poblado, abrieron el techo de la tienda donde se desarrollaba la reunión y lanzaron varias granadas que acabaron con la vida de todos los jefes enemigos.
Conclusiones:
Se ha destacado en este artículo el papel de la Legión, por ser fundamental y demostrar que su fundador había acertado en su creación; pero también fue muy importante el papel del resto de unidades. Todas se batieron con valentía y consiguieron reconducir una situación tan crítica. Los Regulares vencieron los recelos de la población y demostraron su fidelidad a España, comandados por el Teniente Coronel Santiago González-Tablas y García-Herreros, al que Millán-Astray dedica su obra de la Legión y del que dice que era el mejor soldado de la Infantería Española. También los Batallones de soldados de reemplazo supieron estar a la altura y vengar a sus hermanos.
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Monumento a los caídos en Annual. |
90 años después no podemos permitirnos olvidar Annual y esas tierras rifeñas regadas con tanta sangre española.
Bibliografía: - Revista
La Legión. Nº 508
Fuera de tema y con tu permiso: excelente blog. Hostia qué pena me ha dado ver que no te comenta nadie. Llegué aquí buscando material sobre el almirante Sánchez de Tovar y me ha impresionado la cantidad de documentación que has recopilado.
ResponderEliminar¿Tienes algo respecto a los españoles que se unieron a Rob Roy en la otra fallida invasión de las islas?
Como verás estoy recopilando invsiones españolas a Gran Bretaña con el propósito de romper esa idea de que siempre nos las llevamos nosotros.
Saludos y gracias.
Estimado amigo: ya encontré información variada sobre la Batalla de Glenshiel.
ResponderEliminarGracias igualmente.
Interesantísimo blog.Un saludo
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