La formación más común de la falange era la de 16 hileras con 16 hombres de fondo, resultando 256 hombres en cada Columna o Syntagma. Con las reformas de Filipo II, las columnas se dividían en dos cuerpos de 8 por 8, llamados Taxis, para poder maniobrar con más flexibilidad, y a su vez cada uno de estos cuerpos también podía dividirse por la mitad, en las denominadas Tetrarquias. Cada una de estas tres formaciones tenía su jefe, empezando por el Syntagmatarca, jefe de toda la formación; seguido por dos Taxiarcas y cuatro tetrarcas. Todos estos serían los oficiales de la formación, pero dentro de esta y debido a su complejidad harían falta más hombres para conseguir su correcto funcionamiento, es aquí donde entran a jugar nuestros suboficiales helenos.
Como parece evidente, la parte más importante de la formación es la primera hilera, la cual estaba formada por los jefes de cada fila o lochos, los Lochagos, estos serían los suboficiales más importantes, elegidos para este puesto tras demostrar su valor y capacidad de combate a lo largo de muchas campañas. Su armamento era el mejor, acorde a su categoría. Tenían que infundir valor a sus hombres, dirigir los movimientos de la columna y aguantar el primer choque de la formación contra el enemigo. Más atrás, en la quinta fila, a la derecha de la segunda parte de la primera mitad de la columna tendríamos al Protostates Enomotarca; y mandando la segunda mitad de la columna estaría el Protostates Hemilochites. Estos puestos intermedios eran vitales para mantener la cohesión de la formación. Pero el suboficial más importante, junto al Lochagos, era el Ouragos, situado en un punto estratégico, al final de la columna, con la importante misión de saber guiar el final de la formación en los giros, además de alentar a los hombres e impedir que alguno presa del pánico quisiera huir.
ALEJANDRO EL GRANDE
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